Ubi caritas et amor Deus IBI est.




Hace pocos días me enviaron un correo electrónico con este título: Ubi caritas et amor Deus IBI est. Creí que se trataba de un artículo sobre la popular antífona gregoriana - sobre la cual en este blog ya había escrito algo el día de Jueves Santo - pero no, se trataba de un artículo sobre el "famoso" IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles). 

Los que habitualmente os pasais por este blog sabéis que no me suelo meter en cuestiones de este tipo, pero me parece de justicia dar un poco de luz a tanta información que se está vertiendo y que es sencillamente FALSA. Sobre esto también podéis leer un interesante articulo de Guillermo Juan Morado: IBI: ¿medias verdades o mentiras manifiestas?

Dicho esto selecciono algunas partes del artículo que me ha llegado por correo electrónico. El autor es Isidro Catela.

La popular antífona nos recuerda que «donde hay caridad y amor, allí está Dios». En efecto, ese ibi nada tiene que ver con el Impuesto sobre Bienes Inmuebles. En la antífona, significa allí

El primer bulo que hay que desmentir es que «todo hijo de vecino» paga el IBI. No lo pagan, por ejemplo, los partidos políticos, los sindicatos, los locales de la Cruz Roja, las fundaciones, los consulados, las federaciones deportivas, las embajadas, los terrenos de la RENFE, los inmuebles destinados a usos religiosos de las comunidades hebreas, musulmanas o evangélicas, y otras muchas instituciones en virtud de la Ley 49/2002, denominada Ley de Mecenazgo. Con todas ellas, la Iglesia católica comparte...
el régimen fiscal especial que se concede a entidades sin fines lucrativos, como puede verse en el Título II de la citada Ley. 

La legítima pregunta que cabe hacerse es ¿entonces por qué tanta gente piensa que se trata de un privilegio de la Iglesia? ¿Por qué no se cuestiona que deben pagar el IBI, por poner tres ejemplos: UGT, la Federación Española de Fútbol o las mezquitas construidas en España? La manipulación de la opinión pública, que cala como lluvia fina, lleva a creer a mucha gente que la Iglesia católica es la única que no paga el IBI y que además no paga ninguna clase de impuestos. Los estrambóticos casos que han ido surgiendo en los últimos días como noticias con cuentagotas desde diferentes ayuntamientos, han querido hacer pasar por novedad algo que en realidad no lo era. La Iglesia ya pagaba el IBI de locales no destinados a un uso religioso (como puede ser por ejemplo un garaje, una floristería o la tienda de dulces de un convento) y, de igual manera, ya pagaba las tasas municipales, sobre las que no existe ningún tipo de exención fiscal. 

Es fácil de entender: por ley, y no como privilegio, sino como exención fiscal compartida con muchas otras instituciones, no se paga el IBI por la Catedral de Burgos, como no lo pagan tampoco por el Museo del Prado, pero se pagan tasas que nada tienen que ver con el mencionado impuesto, como, por ejemplo, las de basura o las correspondientes al vado de un garaje. 

En la misma línea que busca el descrédito general de la Iglesia, se intenta hacer creer que el IBI eclesial supone un porcentaje altísimo sobre el IBI que goza de exención. Sirva como ejemplo para desmentirlo el hecho de que en Madrid, donde están exentos del pago del IBI edificios como el de la SGAE o el del Hotel Palace, podrían recaudarse 109 millones de euros si no existiera exención alguna. Sólo el 5% correspondería a la Iglesia católica. Algunos ayuntamientos están contribuyendo a esta ceremonia de la confusión. Saben bien que no está en su mano cobrar el IBI, salvo en los casos excepcionales que hemos citado. Saben que si envían el recibo de un edificio exento por ley, lo más probable es que se lo devuelvan. Y saben también que pueden seguir enviando a las parroquias a todas las personas desesperadas que ellos no atienden por falta de presupuesto, porque en este caso, no se devolverá a nadie y se acogerá a todos, sin pedir el dni ni la partida de bautismo. 

Por eso, conviene recordar que a los argumentos legales expuestos, cabe sumar poderosas razones morales. Parece lógico que se incentive y que se estimule -también fiscalmente- el trabajo de aquéllos que contribuyen con su labor a la configuración de una sociedad mejor. Así se hace en muchos casos. La Iglesia ni tiene ni quiere tener privilegios, pero tampoco ser discriminada. Desgastar la imagen pública de una de las instituciones que más está haciendo por la gente que peor lo está pasando en la crisis, solo puede responder a intereses que nada tienen que ver con el bien común. Afortunadamente, esa piel social que es la opinión pública (y la opinión publicada en los medios) no siempre va de la mano con los datos reales. Cada vez más gente llama a las puertas de la Iglesia, pero también, gracias a Dios, cada vez son más los que ayudan a sostener esa puerta, a pintarla, a arreglar las cerraduras y a mantenerla abierta. 

Allí, donde hay caridad y amor. La Iglesia ya estaba allí antes de la crisis, antes del IBI y mucho antes de que el IBI se llamara Contribución Territorial Urbana. Ya estaba allí y en esos mismos lugares va a seguir estando, al lado de los nuevos pobres cuando volvamos a ser nuevos ricos. 

Cuantos pertenecemos y amamos a la Iglesia, y todos aquellos de buena voluntad que quieran arrimar el hombro, vamos a seguir construyendo el edificio común. Quienes nos difaman, saben -porque ellos mismos lo experimentan- que responderemos al mal con el bien. Esa que muchos creen nuestra debilidad, es justamente nuestra fortaleza. 


6 comentarios:

  1. No soy católico, pero me he quedado sorprendido con estos datos. No es para nada lo que se cuenta en los programas de televisión, de radio y en la prensa escrita. Si es así como recoges, por qué la iglesia no explica las cosas con esta claridad para que todos las entendamos? No existe un gabinete de prensa o algo así? Porque si la respuesta a los ataques es la "salida de tono" de un obispo... creo que no se cumple el objetivo de informar, sobre todo a los que no somos creyente y no sabemos de qué va el tema; lógico que nos quedemos con lo que nos cuentan si por la otra parte no hay una postura decidida y unánime. Se ve que la iglesia tiene un problema de comunicación.
    Gracias por traer aquí estas cuestiones. Un saludo.

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    1. Querido "anónimo/a no católico/a",
      en alguna ocasión he oído decir que los cristiano tenemos el "mejor producto" pero que no sabemos venderlo. Quizás tengan razón! Pero al margen de esto, compete a cada hombre o mujer de buena voluntad (no es imprescindible ser católico para buscar la Verdad) el profundizar en el conocimiento de la realidad. Sabemos que los medios están polarizados... donde unos dicen A otros dicen B... esto es en realidad así? la realidad es tan "relativa"? Yo creo que no.
      Entonces, qué hacer? algo tan sencillo como leer, cuestionarse, poner en crisis lo que leo, escucho y veo... de este modo podremos opinar (no me gusta nada este verbo) con un conocimiento contrastado, no sólo con lo que me intentan hacer creer unos u otros. Este puede ser un buen comienzo.
      El paso siguiente debe ser "perder el miedo". Qué quiero decir con esto? algo tan sencillo como que si usted (aunque no sea católico) puede trabajar por el Bien y la Verdad. Cuando escuche un comentario sobre este tema que no se corresponde con todo con todo lo usted ya conoce... puede invitar a esas personas a leer otras fuentes que le abran a un conocimiento más amplio de la realidad. Y digo esto ya no como sacerdote, si no como ciudadano que cree que se puede convivir en una sociedad más justa si todos ponemos de nuestra parte, no criticando y manipulando si no informando. No se trata de "vencer", si no de "convencer".
      Un saludo.

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  2. El problema no es de comunicación de la iglesia, el problema lo tienen quienes sólo eschuchan lo que quieren y no se informan. El problema es la ignorancia y las pocas ganas que hay de salir de ella, el adoctrinamiento que muchos políticos practican está dando sus frutos. Sólo hace falta el sentido común, la información y ... la gracia de Dios.

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    1. Estimado "anónimo/a",
      - Intuyo que no es el mismo del comentario anterior, jejeje -
      Poco solucionamos culpando a unos o a otros. La Iglesia - como institución - lo puede hacer mejor, y seguro que está poniendo todo de su parte para hacerlo; pero nosotros - sus miembros - también podemos poner más de nuestra parte informando en medida de nuestras posibilidades a los que tenemos a nuestro alrededor (nunca atacando, esto sería poco evangélico). A cuántas personas habremos oído en estas últimas semanas hablar del IBI y la Iglesia... seguro que en nuestro entorno de amistades, trabajo, familia... y muchas veces ni nos atrevemos a decir: "pues yo no creo que sea así".
      Más grave todavía, es responder con insultos y echando la culpa a partidos u otras instituciones sin conocer el significado de las siglas IBI. Defender la Verdad desde Iglesia no es sólo tarea de los obispos... es tarea de todos. Pongámonos manos a la obra!
      Un saludo y muchas gracias por su comentario.

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